Diez años de Animosa

Hace diez años, en un pequeño almacén en el corazón de Vigo, nacía una marca con una misión clara y rompedora: inspirar a las mujeres a través de productos con alma, carácter y mucha historia. Hoy, una década después, esa semilla que plantamos con ilusión, creatividad y convicción se ha convertido en un referente dentro del sector de la ropa y la papelería con estilo propio, presente en las mejores tiendas multimarca de todo el Estado Español. Diez años de Animosa, ni más ni menos. Esta es nuestra historia.

El origen: una idea, un espacio y un propósito

Corría el año 2015 cuando tres de mujeres inquietas, apasionadas por el diseño, la historia y el activismo, decidimos unir fuerzas para dar vida a una marca diferente. Queríamos ir más allá de los productos convencionales. Y fue así como nació Animosa, de la nada, rodeadas de cuadernos, telas, tintas y muchas ganas de cambiar las reglas del juego. Queríamos crear artículos que hablaran, que transmitieran, que empoderaran. Ya ya, un término absolutamente devaluado hoy día y del que ya huimos firmemente, pero fue por el que nacimos. Y es que por aquel entonces, no todas llevabamos puestas las “gafas violeta”, el feminismo no era una palabra de moda ni el empoderamiento, un argumento de marketing.

Desde el primer día, tuvimos claro que nuestros productos debían tener un mensaje. No solo buscábamos calidad estética o funcionalidad, sino también impacto. Por eso, cada una de nuestras prendas y soportes de papelería incluye frases célebres de mujeres pioneras: científicas, artistas, políticas, escritoras… Mujeres que rompieron moldes, que nos abrieron camino, que desafiaron lo establecido para hacernos soñar con un mundo más justo e igualitario. Y debían expresarse en su propia voz.

Diez años de Animosa: creciendo con coherencia y carácter

No todo ha sido fácil. Todas las marcas emergentes te dirían lo mismo: tuvimos que enfrentarnos a las dificultades propias de emprender: recursos limitados, visibilidad reducida, errores que nos enseñaron lecciones valiosas. Pero nunca perdimos de vista nuestro propósito. Cada paso que dábamos, lo hacíamos con coherencia, con ética, con un compromiso firme con el feminismo, la sostenibilidad y la autenticidad.

Poco a poco, nuestro mensaje fue calando. Las mujeres comenzaron a reconocerse en nuestras frases, en nuestros diseños, en nuestra actitud. No éramos solo una marca: éramos una comunidad. Y esa comunidad creció. Pasamos de ser un equipo pequeño a consolidarnos como una empresa hecha y derecha, unidas no solo por la profesionalidad, sino por los mismos valores.

El salto a lo disruptivo

Uno de los momentos clave en nuestra evolución fue entender que no queríamos encajar en los moldes del mercado. Queríamos romperlos. Por eso apostamos por lo disruptivo, por lo irreverente, por lo que incomoda y a la vez ilumina. Nuestras colecciones empezaron a incluir diseños más atrevidos, mensajes más directos, y una apuesta decidida por dar visibilidad a causas y luchas que muchas marcas preferían evitar.

Nuestra papelería se llenó de agendas con citas de Audre Lorde, Virginia Woolf o Frida Kahlo. Nuestras camisetas hablaron en voz alta de resistencia, autonomía y placer. Y lo más importante: lo hicimos desde nosotras, para nosotras, con nosotras. No seguimos tendencias, las creamos. No buscamos aprobación, buscamos autenticidad.

Presencia nacional, corazón local, producción sostenible

El crecimiento nos permitió dar el salto fuera de nuestro pequeño almacén a un polígono industrial 5 veces más grande, y nuestra red de representantes hizo que empezaremos a tener presencia en tiendas multimarca de toda España. Hoy compartimos estanterías con grandes marcas, pero sin perder nunca nuestra esencia. Seguimos produciendo en Galicia y norte de Portugal, seguimos reuniéndonos alrededor de una mesa con cafés e ideas, seguimos siendo un equipo pequeño pero matón.

Lo que más nos enorgullece no es solo estar en grandes escaparates, sino que nuestras clientas nos reconozcan, nos recomienden y nos digan que se sienten vistas, representadas y acompañadas por nuestros productos. Esa es nuestra mayor conquista: haber creado un vínculo real con mujeres de diferentes edades, procedencias y trayectorias.

Diez años de Animosa: inspirando (y dejándonos inspirar)

En esta década, hemos aprendido que la inspiración es un camino de ida y vuelta. Nosotras quisimos inspirar, pero también fuimos profundamente inspiradas. Por nuestras referentes históricas, por nuestras clientas, por nuestras colaboradoras, por todas las mujeres que se han cruzado en nuestro camino con sus historias, sus luchas, sus sueños.

Cada frase que estampamos, cada diseño que lanzamos, cada campaña que ideamos, parte de un deseo genuino: que nuestras hijas, nuestras amigas, nuestras madres y todas las mujeres que vendrán, encuentren en nosotras un espejo donde reflejar su fuerza.

¿Qué sigue ahora?

Miramos al futuro con la misma determinación con la que comenzamos. Sabemos que aún queda mucho por hacer, muchas brechas que cerrar, muchas narrativas que transformar. Queremos seguir creciendo, aprendiendo y abriendo caminos.

Nuestros planes incluyen ampliar nuestra línea de productos, reforzar nuestra presencia online, explorar nuevos formatos de contenido (¡sí, estamos pensando en un podcast!) y, sobre todo, seguir siendo fieles a nuestra esencia: feminista, creativa, inspiradora.

Seguiremos colaborando con mujeres con proyectos afines. Seguiremos apostando por lo local, por la producción ética, por el diseño con conciencia. Y, por supuesto, seguiremos recordando cada día que lo personal es político, también en lo que vestimos y en lo que escribimos.

Gracias por estos diez años de Animosa

A todas las que nos habéis acompañado en este viaje: gracias. Gracias por creer, por apoyar, por llevar nuestras camisetas con orgullo y por llenar nuestras libretas de ideas valientes. Gracias por ser parte de esta pequeña gran revolución que empezó en un pequeño almacén y que hoy vibra en cada rincón del Estado.

Brindamos por estos diez años de historia, pero sobre todo, por todo lo que está por venir. Que sigamos haciendo ruido, que sigamos creando belleza con sentido, que sigamos inspirando con carácter.

Porque juntas, somos más fuertes. Que diez años no es nada, y esto, apenas comienza.