Libros de mujeres que firmaron bajo seudónimo

¿Sabías que en la portada de Orgullo y Prejuicio, su primera novela, ponía «Una novela en tres partes escrita por una dama”? Jane Austen no publicó ninguna obra firmada en vida, sus libros siguientes fueron acreditados a la «misma autora» de los anteriores. Hoy, queremos recomendarte 5 libros de mujeres que firmaron bajo seudónimo. Para que metas alguno en la maleta si te vas de viaje la semana que viene, o para regalar (o regalarte) el día del libro, que está al caer. ¿Cómo lo ves? Ya sabes, nosotras y nuestra obsesión por dar visibilidad a las mujeres anónimas (nótese la ironía). Amiga lectora, recordemos esos nombres que quedaron ocultos en los libros y reivindiquemos sus obras y su legado. Desde aquí nuestro pequeño granito.

1. Libros de mujeres que firmaron bajo seudónimo: Poemas de Currer Bell, de Charlotte Brönte

Jane Eyre fue la obra que consagró el éxito de Charlotte Brontë. En su tiempo, era considerada una novela radical que desafiaba a la autoridad, violaba el código humano y promovía la rebelión en los hogares. Un crítico del The London Quarterly Review declaró que “era la personificación de un espíritu empedernido e indisciplinado” y que el personaje de Jane (una mujer plana, modesta, con una fuerte moral e inteligente, como su autora) “estaba desposeído de todas las cualidades femeninas atractivas”. Currer Bell, el seudónimo de Charlotte, era considerado como un hombre que no tenía claro cuál era el rol de la mujer en la sociedad.

Si no lo has leído, ya tardas. Pero Charlotte Brontë dedicó sus primeros esfuerzos creativos a la poesía y hoy te recomendamos su libro de poemas. Poemas de Currer Bell.

5 libros de mujeres que firmaron bajo seudónimo
Taza Animosa de Nannerl Mozart, otra mujer que merece más visibilidad.

Fue el poeta medio olvidado Robert Southey, uno de sus ídolos, quien le sugirió que no era buena idea que una mujer se dedicase a escribir poesía (pese a que reconoció que tenía talento para ello) y mucho menos a difundirla, y es por eso que Charlotte empezó a firmar bajo seudónimo. Nos parece buena razón para recuperar este libro. Que además, en la edición en lengua castellana, incluye los estremecedores poemas que escribió tras la muerte de sus hermanas Anne y Emily.

2. Matar a un ruiseñor, Harper Lee (Nelle Lee)

Harper Lee, el autor del Premio Pulitzer Matar a un ruiseñor, fue en realidad una autora: Nelle Harper Lee. Cuando en 1959 estaba todo listo para su publicación, decidió firmar su obra con su segundo nombre –Harper– debido a que le resultaba fastidioso el sonido de “Nelle Lee” (pronunciado Nellie). Tuvo una vida muy larga y muy secreta, y no era dada a apariciones públicas ni a conceder entrevistas. 

El libro vio la luz en julio de 1960 y se convirtió en un éxito de ventas mundial traducido a más de cuarenta idiomas y con más de un millón de copias vendidas por año. El relato es un alegato por la igualdad, la justicia y contra el racismo. Narra un episodio que ocurrió en el pueblo natal de Lee, en el cual el abogado Atticus Finch (personaje inspirado en el propio padre de la autora) defiende a un hombre negro acusado injustamente de haber violado a una muchacha blanca. El personaje de Scout, la niña narradora, está basado en ella misma. 

De acuerdo con el Museo del Condado de Monroe, la portada original es un dibujo de su amigo Truman Capote.

2. A10mil años luz, de James Tiptree, Jr. (Alice B. Sheldon)

Entre los autores que más renovaron la ciencia ficción en el siglo XX se encuentra James Tiptree, Jr. Eran los años 70 y nadie le había visto en persona, se especulaba que era «un hombre de entre cincuenta y cincuenta y cinco años, posiblemente soltero, amante de la vida al aire libre y de naturaleza inquieta». 

El supuesto hombre poseía unas singulares virtudes literarias: además de un estilo eléctrico y creativo, imaginaba como pocos la capacidad de razonamiento de los alienígenas, mezclaba las batallitas estelares del subgénero space opera con la trascendencia de la muerte y, oh, sorpresa, exhibía una conciencia feminista bastante explícita.

Y esto era porque no era ningún señor, sino, como ahora sabemos, el seudónimo de Alice B. Sheldon; una mujer con un doctorado en Psicología, ex miembro de las Fuerzas Armadas, pintora, artista gráfica, crítica de arte y muchas otras cosas en las cuales había logrado abrirse camino con éxito. Alice justificó la elección del seudónimo masculino porque ya había tenido que batallar con uñas y dientes en muchos frentes por la liberación de la mujer, y quería tener libertad para, simplemente, inventar historias.

Para algunos, «el autor» era un agente de los servicios secretos; para otros, un funcionario del Gobierno.

A 10mil años luz, es otro de los 5 libros de mujeres que firmaron bajo seudónimo que te recomendamos hoy. Son quince relatos llenos de atrevimiento, intriga, romanticismo, el conocimiento último de que la muerte está al final, pero también y sobre todo, esperanza.

3. Middlemarch, de George Eliot (Mary Ann Evans)

La BBC preguntó a más de 80 miembros de la crítica británica por las mejores novelas de todos los tiempos. En el número uno de esta lista apareció Middlemarch de George Eliot (cuyo verdadero nombre era Mary Ann Evans). Virginia Woolf lo consideró un «libro magnífico que a pesar de sus imperfecciones es una de las pocas novelas inglesas escritas para adultas”. Es una buena postal de época porque hay realismo, hay idealismo, hay religión, hay moralidad, hay política y también hay un alumbramiento sobre temas feministas, como la situación opresiva que atravesaban las mujeres de provincias. La primero ola del feminismo nació por aquel entonces.

5 libros de mujeres que firmaron bajo seudonimo
Middlemarch, y camiseta Animosa inspirada en Virginia Woolf

Mary Ann Evans fue una de las mujeres más representativas del panorama literario de la Inglaterra del siglo XIX. Comenzó publicando artículos que generaban interés y debate, sin embargo ella quería abrir un camino nuevo. Cuando decidió que quería empezar a escribir ficción, pero no las típicas novelas consideradas “para mujeres”, adoptó un pseudónimo masculino: George Eliot. Fue la forma que encontró de apartarse del rótulo y de ser leída sin prejuicios. 

5. 5 libros de mujeres que firmaron bajo seudónimo: Ocaso y Aurora, de Rafael Luna (Matile Cherner)

Matilde Cherner nació en Salamanca en 1833. Poco se sabe de ella: como que estudió latín y francés, que era una mujer culta, una lectora feroz y una republicana convencida. Comenzó publicando en periódicos locales, escribiendo sobre asuntos polémicos como la educación de la mujer, su acceso a la universidad, la prostitución o la monarquía…pero bajo el seudónimo de Rafael Luna. Ya lo decían: las mujeres que escriben son peligrosas. 

Y bajo nombre masculino, se caracterizó por sus posturas liberales, feministas, abiertas y progresistas, además de por un interés inédito en la educación de la mujer española. Su obra más famosa se titula Ocaso y aurora.

5 libros de mujeres que firmaron bajo seudonimo
La edición actual de Ocaso y aurora elimina el seudónimo masculino y restituye el nombre real de su autora.

Fue publicada por entregas a partir de 1875, en el diario El tiempo. El argumento: Carlos II, rey de España, acaba de morir sin dejar herederos. La dinastía de los Habsburgo pende de un hilo, pues los Borbones de Francia amenazan con tomar la corona. Un hombre, el conde de Frigiliana, emprende una carrera contrarreloj para encontrar al sucesor que asegure la continuidad de la sangre española en el poder. Muestra las consecuencias de los acontecimientos históricos en la vida privada de los personajes, especialmente en los femeninos. O sea, intrigas y tensiones políticas. Ya estamos dentro.

En la edición de Seix Barral, el nombre de Rafael Luna aparece tachado. Porque Rafael Luna nunca existió, nunca pensó, nunca escribió. Es el nombre con el que su autora tuvo que firmar para poder ser leída y respetada. Como tantas otras.

¿Conoces más casos? Cuéntanos, ¡ya estamos deseando darles voz!

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