Ni recordamos cuantos días han pasado ya. ¿Dos meses y medio? Casi tres meses fuera de nuestra zona de confort, expulsadas a la fuerza de nuestra cotidianidad por un enemigo invisible que nos ha puesto patas arriba en todos los sentidos, incluido nuestro armario. Cambiamos los vaqueros de pitillo por los básicos de andar por casa, guardamos los zapatos y los complementos bien al fondo y aprendimos a sentirnos cómodas con lo esencial. Y después del Coronavirus, ¿qué?
Esta crisis sanitaria mundial tendrá consecuencias impredecibles y muchos sectores cambiarán. También la moda. Se incorporarán prendas, se dejarán de usar otras y nuestro fondo de armario se adaptará a nuevas formas de pensamiento.
La I Guerra Mundial nos dio las hombreras y los abrigos militares. La II Guerra Mundial aportó tejidos sintéticos como el nylon. Las protestas obreras de los años 70 y 80 popularizaron las botas de puntera de hierro. Los movimientos antiglobalización de finales del siglo XX nos acostumbraron a complementos como el pañuelo palestino… Y la pandemia actual también dejará su huella en nuestra manera de vestir. Ocurre siempre después de tiempos convulsos.
Cómodas por encima de todo
Llevamos dos meses encerradas en casa. El confinamiento nos ha obligado a compaginar trabajo, familia, cuidado de mascotas… en espacios muy pequeños y cerrados. Si hemos podido salir ha sido durante poco tiempo y con finalidades muy concretas, y nuestro contacto con los demás ha sido mínimo. Y entonces llegó el “pichandal”, que nos servía para atender una videollamada y para bajar la basura.
La tendencia nos dice que después del Coronavirus nos acompañará la comodidad. La moda comfy no es una tendencia nueva. De hecho los pijamas ya han sido usados como ropa de calle en las colecciones de varios diseñadores, pero ahora la tendencia ha vuelto para quedarse. Y una de sus estrellas, el maxivestido, amplio, sencillo y favorecedor, podría convertirse en uno de los looks del verano. Siempre con deportivas, por supuesto.
Y otro de los must have van a ser los bolsos grandes, esos que tanto te sirven para llevar la cartera como para meter un juguete del crío, o incluso para guardar una pequeña compra. Versatilidad y comodidad, ante todo.
Moda sostenible para después del Coronavirus
Una de las principales consecuencias de la pandemia es la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad. Entre la población se ha instalado cierta sensación de estar siendo «castigados» por el planeta, y muchas voces se alzan pidiendo un mundo más ecofriendly al que el mundo de la moda no puede ser ajeno.
Por eso es probable que después del Coronavirus se impongan los tejidos naturales de origen vegetal como el algodón y el lino, y se tienda a usar materias primas de proximidad, que puedan llegar a las fábricas, aunque se cierren las fronteras. Y también es importante que compremos en empresas cuyo producto cumpla esas condiciones, como hacemos en Animosa. Una producción sostenible es buena para todas. Debemos ser parte de la solución y trabajar todas unidas por un Planeta más allá de la siguiente temporada. Porque importa, y mucho, quién y cómo se produce tu ropa.
Deja que te contemos, si no lo sabes ya, que en Animosa concentramos nuestra producción en pequeños talleres de Portugal, supervisando nosotras mismas los tejidos, las costuras y los patrones. Todas nuestras colecciones están confeccionadas en algodón de alta calidad con acabado anti-peeling, lo que aporta suavidad al tacto, mayor durabilidad y confortabilidad a la prenda.
Menos, es más
Ya no tenemos que llevar looks distintos para distintos momentos del día, así que llevamos semanas sin usar muchas de las prendas que tenemos. Hemos hecho limpieza de armarios y muchas hemos encontrado ropa casi sin usar que seguramente hoy no compraríamos. La tendencia será comprar menos pero de más calidad, se acabó acumular ropa, precisamente el sector de la moda es uno de los que más contaminan.
La cuarentena ha logrado trasladar las ideas de Marie Kondo a nuestra manera de vestir. En un mundo más sencillo y menos compartimentado, ¿por qué tener tantas cosas que no nos ponemos? ¿Por qué no quedarnos sólo con aquella ropa que realmente nos gusta, con la que nos sentimos cómodas y que además es fácil de lavar?
Y lo mismo puede aplicarse a los complementos. Nos hemos bajado del taconazo y nos hemos quitado joyas, pañuelos, sombreros… El complemento de la cuarentena (y de la postcuarentena) es la mascarilla, así que el maquillaje ha dejado paso a la cara lavada y medio cubierta. Tras el Coronavirus, probablemente esa tendencia se mantendrá, cambiando los ojos ahumados y las uñas de gel por looks sencillos y sin artificio.
Se trata, en todo caso, de un retorno a la sencillez, similar al que supuso la ropa de Coco Channel en los años 20: hacer de lo simple algo bello y sofisticado. Ella entendió que la elegancia la ponemos nosotras, no está en la ropa, y se adaptó a los materiales de los que disponía, revolucionando la moda de principios de siglo.
Después del Coronavirus, color y positivismo
Sin embargo, práctico y cómodo no significa soso. Llevamos tanto tiempo sin salir que necesitamos expresarnos, y nuestra manera de vestir es el modo de expresión por excelencia. Por eso algunos expertos en moda consideran que a partir de este verano los armarios se van a llenar de colores vivos, de flores y de detalles creativos.
Y no sólo los armarios. A lo largo del siglo pasado, si hubo algo que realmente marcó el empoderamiento de la mujer, fue el maquillaje. Más concretamente, el color rojo en los labios, que mostraba a quién lo llevaba como una mujer fuerte y segura de sí misma. Las mascarillas impiden esa expresividad, pero, ¿quién dice que no pueden también ser una vía para ella?
Es de esperar que el uso de mascarillas se mantenga, y que éstas también empiecen a seguir la moda. Entre las caseras ya las hay de todos los tejidos y colores, y probablemente aparecerán mascarillas de colores homologadas en cuanto pase la emergencia. No hay razón para no protegerse con estilo, ¿verdad?
Y también van a generalizarse los mensajes motivadores de todo tipo. Todo lo que nos recuerde que, como decía Chavela Vargas, somos mujeres con una fuerza brutal, estará de moda. Porque es lo que necesitamos tras esta crisis.
Cambio de armario
En resumen: comodidad, calidad, sostenibilidad y mucho poder. ¿Te suena a alguna marca? (guiño, guiño). Nuestros horarios se han relajado y nuestra manera de vestir también, ya que al estar encerradas no era necesario dar una imagen concreta. “Si nadie me ve, ¿para qué?” Te respondemos muy rápido: Para ti.
Y si la mascarilla va a ser nuestro complemento estrella, si la cara no va a poder ser el espejo del alma, que lo sea tu camiseta. Tu ropa puede ser tu manifiesto.
Estamos preparadas para lo que está por venir, ¿nos acompañas? en apenas un mes sacamos nueva colección y estamos deseando que la veas. Gracias de corazón por estar aquí.