El verano ya (casi) está aquí. Ya lo sentimos en el ambiente. Los días más largos, el sol sobre la piel y los planes al aire libre. Las vacaciones… ay, las vacaciones. Y como (casi) todas estamos de mejor humor en verano, se nos ha ocurrido una idea. Bueno, en realidad se nos han ocurrido cinco. Cinco ideas para convertir estas semanas que tenemos por delante en nuestro gran verano feminista. Llenarnos de espíritu girl power, mirar a nuestro alrededor y practicar a tope la sororidad. ¿Por dónde empezar? Estas son nuestras propuestas:
No hacer comentarios no solicitados sobre el cuerpo de otras mujeres
En una horquilla muy amplia, que va desde la impertinencia a la simple metedura de pata, poca gente podrá tirar la primera piedra y afirmar que nunca ha hecho un comentario sobre el cuerpo de una mujer. Puede ser ese comentario cotilla con una amiga sobre cuánto ha engordado otra (muy mal). O puede ser algo tan aparentemente halagador como decirle a alguien que ha adelgazado mucho y está fantástica.
No siempre (o casi nunca) sabemos qué circunstancias hay detrás del cambio físico de alguien. Y aunque lo sepamos… ¿qué nos importa? Dejemos que las mujeres a nuestro alrededor se sientan cómodas en bañador, en bikini o desnudas. No nos comparemos. No comentemos si nadie nos ha preguntado. La mayoría ya no lo hacemos, pero… mejor tenerlo presente para que todas nos sintamos más seguras de nosotras mismas.
Dedicar algo de tiempo libre al arte creado por mujeres
El arte no tiene género. No debería tenerlo. Pero aún sigue habiendo una predominancia masculina que relega la cultura creada por mujeres, la mayoría de las veces, a un segundo plano. En nuestras manos está revertir la tendencia. Leer más libros escritos por mujeres. Visitar exposiciones en las que sean artistas femeninas quienes expongan. Ver películas creadas por mujeres, protagonizadas por nosotras.
En estos meses, probablemente tengamos algo más de tiempo libre que el resto del año, así que puede ser una buena ocasión para no dejar que nos venza la pereza y hacer un pequeño esfuerzo. Cuando comprobemos cuantísimo talento oculto hay fuera de los circuitos artísticos y culturales más mainstream, nos daremos cuenta enseguida de que ha merecido la pena vivir a tope un verano feminista.
Nuestro cuerpo es nuestro templo, demostrémoslo
Puede que aún no nos atrevamos a hacer top less. O solo cuando estamos de viaje, pero no en nuestra playa habitual. Puede que nos dé un poco de vergüenza lucir short deshilachado por si alguien dice que ya no tenemos edad. Y cuando nos probamos ese crop top tan mono que lleva dos veranos esperando en el cajón, nos da pánico que se nos salga la lorza.
Tal vez este verano feminista sea el mejor momento para reconciliarnos con nuestro cuerpo. Para quererlo, respetarlo y cuidarlo. Y para no preocuparnos tanto por lo que los demás digan de él (ya hemos quedado en que no queremos comentarios no solicitados, ¿verdad?). Es una forma más de empoderarnos, una que nos hará sentir cómodas y felices durante los meses de calor (y después, claro).
Hacer al fin ese viaje solas que llevamos tanto tiempo deseando
Viajar es una de nuestras grandes pasiones cuando llegan las vacaciones. En pareja, con amigas, en familia… Todas las opciones son válidas, pero hay una que a muchas siempre nos ha provocado una curiosidad especial: la aventura de viajar solas. Hay quien no quiere ni planteárselo (y es tan lícito como lo contrario, solo faltaría). Pero también hay muchas a las que nos apetece y… no acabamos de decidirnos.
¿Y por qué no? Puede que nos dé un poco de miedo eso de lanzarnos a recorrer mundo sin una mano amiga al lado. O no tener con quién comentar los lugares preciosos que nos encontremos. Pero seguro que merecerá la pena cuando nos encontremos ante un paisaje de esos que quita el aliento y lo tengamos solo para nosotras mismas. Puede ser inolvidable. Y muy nuestro.
Ayudar a que todas disfrutemos de las fiestas
El verano es época de fiestas. De conciertos, festivales y verbenas. Y aunque nos encantaría decir que eso es solo sinónimo de diversión…, por desgracia, la experiencia nos dice que también son entornos en los que es más habitual encontrar acoso y agresiones sexuales. Está en manos de la ley y de un cambio educativo que eso deje de ser así, pero nosotras también podemos aportar algo…
Hay una frase muy conocida sobre el acoso callejero que dice que «de vuelta a casa por la noche, no quiero ser valiente. Quiero ser libre». Es lo que todas deseamos, pero muchas veces seguimos teniendo miedo. Por eso, nos proponemos que, cuando veamos a una hermana volver a casa sola en un ambiente hostil, nos acerquemos a ella. Mucho más si vemos que está sufriendo algún tipo de acoso. Seguro que nos lo agradecerá y, entre todas, conseguiremos hacer que las fiestas sean un momento para disfrutar de verdad. Juntas y con sororidad.
¿Y a vosotras… se os ocurren otras opciones para vivir un gran verano feminista? Entre todas podremos conseguirlo.
ME PARECE GRAN IDEA.EDUCACION, FORMACIÓN.PEDADGOGÍA FEMENINA !…
Decir que me encanta.