MARILYN MONROE: una mujer valiente, inteligente e inimitable.

La rubia más deseada del mundo. La gran estrella de Hollywood. La mujer de la silueta exuberante, de actitud arrebatadora, de sonrisa perfecta y de belleza sin parangón, Marilyn, tenía detrás de los flashes a Norma Jean, la mujer real, una luchadora que supo dejar atrás una infancia difícil y convertirse en una mujer de éxito.

Muchos la recuerdan solo por su belleza o las incógnitas detrás de su pérdida. Nosotras queremos recordarla como la gran mujer que fue. Esa que decía que «si dejas salir tus miedos, tendrás más espacio para vivir tus sueños». Vamos a darte solo 5 razones para que la adores como nosotras.

1. NI UN PELO DE TONTA

¿Sabías que su coeficiente intelectual era de 165? nada menos que 5 puntos por encima del de Albert Einstein. Durante más de diez años, Marilyn encarnó el personaje de la rubia ingenua a la que todos los hombres deseaban, la imagen que diseñó para ella Billy Wilder en La tentación vive arriba. Pero detrás de la imagen de la Marilyn sensual cantándole el «cumpleaños feliz» al presidente Kennedy, encontramos una mujer inteligente y sensible que luchó contra viento y marea para llegar al éxito profesional. Pasó de empaquetar paracaídas a convertirse primero en modelo, después en actriz, y luego en un indiscutible mito eterno.

Al contrario de la creencia popular, Marilyn fue una mujer valiente, avanzada a su época, empeñada en que se la tuviera en cuenta por su inteligencia y no solo por su belleza.

Cuentan que con los Kennedy discutía y conversaba fascinada por la política. Y tenía posiciones fuertes sobre autores como Hemingway, de quien le disgustaba la forma en la que construía personajes rudos y agresivos para que fueran masculinos. Sus palabras «siempre, siempre, siempre cree en ti misma. Porque si no lo haces tú, ¿quién lo hará, cariño?», demuestran que, por encima de todo, era una mujer hecha a sí misma. Un ejemplo de superación y empoderamiento femenino. Una de las muchas mujeres inspiradoras de nuestra historia.

2. LUCHADORA

Marilyn se vio atrapada en el papel de mujer sexy que realmente no quería. Se veía a sí misma como una mujer de carrera y actriz con talento. Como su salario era inferior al de otros actores y no le daban libertad para elegir sus proyectos, se enfrentó a la 20th Century Fox negándose a rodar The girl in pink tights junto a Frank Sinatra y creó su propio estudio, Marilyn Monroe Productions, lo que era inusual para una mujer de 1950. Se enfrentó a los magnates de Hollywood, hombres poderosos y dominantes. Les echó un pulso y al final ganó. Poco antes de morir firmó un contrato nuevo y muy favorable con 20th Century Fox.

3. GRAN ACTRIZ

Su carrera fue corta pero muy intensa. Nos dejó a los 36 años, con 29 películas, muchas de ellas memorables en la historia del cine. Fue nominada a los Globos de Oro a la mejor actriz por su papel en Bus Stop; ganó del Globo de Oro a la mejor actriz de comedia por su papel en Con faldas y a lo loco, que obtuvo 5 nominaciones a los Óscars; fue nominada a un BAFTA como mejor actriz extranjera en La tentación vive arriba, y también por El príncipe y la corista, entre otros muchos premios. Y es la ganadora indiscutible de nuestro respeto y admiración una y mil veces por recordarnos a las mujeres que «todas somos estrellas y merecemos brillar».

4. AMANTE DE LA LITERATURA

Leer era una de sus pasiones. Su profesora de interpretación, Natasha Lytess, decía que «si ibas a su casa de improvisto, siempre la encontrabas estudiando». Tenía una gran biblioteca con más de 400 obras literarias. Entre sus favoritos estaban Joyce, Walt Whitman, Dostoievski, Poe, Proust, Flaubert…

El día en el que Eve Arnold le hizo las famosas fotografías leyendo el Ulises, Marilyn le confesó que era una obra «dura de roer», y que le gustaba leerla en voz alta para que tuviera sentido. Las últimas 50 páginas son 8 frases que se suceden sin ningún signo de puntuación; a nosotras tampoco nos da precisamente la risa leerlas. 

5. LA MARILYN FEMINISTA

Hubo una Marilyn feminista, que encarnaba el ideal de la mujer libre y rebelde. De hecho se la considera una de las precursoras de los movimientos feministas de los años 60. Aprovechó el fenómeno del sex appeal como una forma de darse visibilidad en el mundo del cine y de reivindicar los derechos de las mujeres a mostrar el cuerpo con cierta autonomía.

Fue la primera mujer en crear y dirigir su compañía productora de cine, denunció los abusos sexuales que vivió durante su niñez y evidenció el acoso y trato sexista que recibían las mujeres en la industria del entretenimiento.

EL GRAN LEGADO DE MARILYN

Marilyn tenía muy poco de superficial. Nos enseñó que las curvas son sexys, que rubia y tonta no son sinónimos, que la elegancia es una actitud e hizo trizas el estereotipo de mujer sumisa y buena esposa de la época diciendo cosas como que «si no puedes lidiar conmigo en mi peor momento, definitivamente no me mereces en el mejor».

Aunque la estrella defendía que «había que reír cuando una estaba triste, porque llorar era demasiado fácil», detrás de la sonrisa perfecta del personaje, admiramos a la mujer real, la que reía y también lloraba; con sus luces y sombras, como todas. Su luz nunca dejará de brillar porque fue una mujer única, auténtica, apasionada, perfectamente imperfecta. Imitada hasta la saciedad por ser precisamente eso: inimitable. Nadie ha conseguido arrebatarle el trono.

Gracias, rubia. Seguimos bailando y viviendo como tú. Con faldas y a lo loco 😉