Otra cosa no, pero nos está dando por leer en pandemia lo que no habíamos leído en años. Ha llegado a la biblioteca violeta de Animosa la “Madame Mao” de Anchee Min, y nos hemos quedado de piedra con este párrafo. Habla así sobre la madurez, lee despacito:
«Es como el resplandor del sol, pero no tan deslumbrante ni hiriente a la vista. Es un sonido agradable y resonante, pero no almibarado. Es una forma de relajación. No requiere atención. No tiene necesidad de complacer. Es el instante en que una deja de suplicar para que las demás la comprendan. Es una sonrisa que lo perdona todo. Es la paz interior de una, su alejamiento del mundo material. Es una cumbre que no hay que escalar para llegar a ella. Es cuando la masa de la pasión está lista para ser cocida, cuando el rugido del viento de las montañas da paso a un débil gemido y las corrientes se juntan formando un lago».
¿Alguna vez os la habían descrito tan bien? ¿Reflexionamos un poco sobre ella ?
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